miércoles, 21 de julio de 2010

Hay que llamar las cosas por sus nombres.

Mire Mico-mandante, para mí la bandera sigue teniendo 7 estrellas, el escudo sigue siendo el mismo, el del caballo bonito. Por cierto, usted no se ha fijado que su caballo va hacia la derecha, porque la dirección se marca cuando se está montado en el caballo, ¿Y entonces? ¿Hacia dónde va el caballo? La autopista de oriente se sigue llamando Rómulo Betancourt. La Represa del Gurí, Raúl Leoni. Este hermoso cerro que tenemos en Caracas se llama El Ávila, y así lo llamaremos todos los venezolanos. Los Ministerios se llaman: Ministerio del Trabajo, Ambiente, Interior y Justicia, etc. Todas las P. P. se las regalo de repente las necesita para que le baje la presión. Para mí, El Catire Páez, fue un guerrero muy valiente, tal vez sin él no se hubiera vencido. Para mí la inmensa cantidad de recursos fueron dilapidados, robados, malversados, regalados. Usted dijo que iba a sembrar el petróleo, siendo llanero uno hubiera podido pensar que algo de siembra debería conocer….pero que va, a usted no le germina ni siquiera un fríjol. Las cosas hay que llamarla por su nombre, por eso seguiré llamando PTJ a la policía técnica, DISIP, a la política, DIM a la militar. A sus hermanos Castro, unos delincuentes. A sus fuerzas beligerantes, FARC, unos narcoterroristas, igual que la ELN. y los Para militares. Por cierto, por si no lo sabe, no hay cemento, no hay cabillas, Ah! Usted sigue hablando del plan Bicentenario, que va a prestar a la pequeña y mediana industria todos los millones del mundo, ¡Que bueno! Pero le quisiera recordar que las maquinarias industriales se mueven con electricidad, no con carbón.
A usted lo seguiré llamando un militar traidor que en dos oportunidades intentó tumbar a un Gobierno Constitucional y no pudo. Y como un pobre Presidente fracasado, que todo lo que toca lo quiebra y que un día, junto a sus cómplices, tendrán que rendir cuentas de sus fechorías. Hay que llamar las cosas por sus nombres.

5 comentarios:

Bélgica Zuloaga dijo...

Sin embargo, yo creo que Warairarepano es un nombre muy hermoso para el cerro de El Ávila...
Nos recuerda y nos remonta a nustras raíces indígenas...
Así como el nombre de Caracas...
Originalmente se llamaba la ciudad Mariana de Santiago de León de Caracas (en honor a la virgen María).
Pero en medio de tantas referancias católicas, se imponía el nombre indígena: CARACAS!!!

larosablanca dijo...

Yo pregunto ¿cuál es la utilidad de cambiarle el nombre, ó llamarlo de otra manera a éstas alturas de la historia? La conocí como la montaña del Avila y así la seguiré llamando. ...y por supuesto, la bandera que yo amo seguirá teniendo siete estrellas!

larosablanca dijo...

Totalmente de acuerdo, "hay que llamar las cosas por su nombre"

Anónimo dijo...

Y MI-A-Venezuela la seguiré llamando VENEZUELA. Que nombre tan HERMOSO VENEZUELA, me suena como campanitas al oido.

Esther Her dijo...

La llamaré siempre VENEZUELA - A secas. El Ávila lo seguiré llamando El Ávila... Le cambia el nombre a las cosas porque así se siente mas DUEÑO-DE-VENEZUELA. AMO y SEÑOR de lo que NO-LE-PERTENECE.